Oh, mi Dios, cuando pienso en lo "afortunada" que soy en conocerte, cuando escucho o veo las vidas que lleva la gente, sus historias, sus problemas, no puedo dejar de expresarte lo aliviada y agradecida que estoy que estes en mi vida. Me cuesta creer que alguna vez pude vivir sin vos. Sólo gracias mi Dios por tu paz, tu seguridad y tu amor incondicional que siempre me sostiene. Es que a veces me olvido que vivir así no es normal. Gracias por cuidarme siempre y a mi familia, y perdón por olvidar lo extremadamente bendecida que soy, no me falta nada porque vos siempre me sustentás y puedo vivir confiada en que todo está en tus manos en medio de un mundo de cada vez más incertidumbre. Mi vida es tuya hoy y siempre.
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