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viernes, 5 de marzo de 2010

Una historia de amor

Que el hombre haga las cosas mal no le quita veracidad a la Biblia, y no puede ser una excusa para no creer en ella o en Dios.

Te quiero contar una historia de amor: Hace mucho tiempo un ser eterno creó y dió vida al mundo y a los seres humanos. En algún momento su creación se rebeló y quisieron saber más que él renunciando así a su inocencia y perdiendo la autoridad que el ser creador les había dado sobre el mundo. El mundo estuvo bajo maldición y un velo se creo entre Dios y los hombres.

En plan a redimir al mundo de su condición y restaurar la relación con lo creado, Dios mismo decidió hacerse forma de creación y nacer en el mundo para ser tentado y vencer, ofreciendose como sacrificio para pagar por los pecados de la humanidad y mudarnos de muerte a vida. Dios mismo, el ser original, eterno, y creador de todo, fue muerto y crucificado por los mismos hombres a quien fue a rescatar, pero resucitó y con su resurrección alacanzó la victoria, rompió el velo, y prometió la vida eterna para aquellos que creen en él. Es su voluntad que todos los hombres se salven.

No hay nada más hermoso en esta vida ni más satisfactorio que tener la potestad de ser llamado hijo de Dios. El Señor Dios te ama profundamente y ha dado a su único hijo por vos. Quiere constituirte su hijo. Jesús escuchó tu nombre en esa cruz. Es hermoso ver a Jesús como Dios y como humano también porque lo fue, y quizá es cierto que a veces se lo muestra muy inaccesible y frío con los hombres pero en realidad es totalmente lo opuesto. Él ríe, llora, ama, se identifica con nostros pero también es Dios y es Santo. La Biblia lo llama el León y el cordero, el principio y el fín, el principe de paz, Dios con nosotros, el Admirable. Conocelo!