Descansá la mente un ratito y llenate de ideas de bien, de palabras que traen esperanza, de pensamientos de paz.


viernes, 6 de agosto de 2010

Quiero crecer

Quiero crecer mi Dios,
quiero alcanzar aquello que apenas puedo dislumbrar
el poder amar más allá de mis fuerzas.

Quiero llegar a dar todo, y que no quede nada de mí
anhelo llegar a ese lugar en vos
donde ya nada soy y sólo vos seas visto en mí.

Quiero enamorarme de vos, de la vida, de la gente.
Quiero ser valiente para mostrarme tal cual soy.
Quiero ser tu reflejo, una carta leida.

Quiero dejar de temer el errar
y vivir tu aventura,
cumplir tu sueño y ver tu sonrisa.

Quiero anularme y mis deseos
para ver tu obrar en mí,
tu gloria que amanece sobre mí

Para que no sea yo si no vos en mi
y vivir tu sublime plan
con perpetua luz aun en oscuridad.

jueves, 5 de agosto de 2010

Mi tarjeta VIP

Estar con Dios es como tener una tarjeta VIP permanente, no sólo porque tengo acceso al ser más importante y sublime del Universo, pero porque siempre tengo la ventaja en todo, porque sé que hay un gigante que cuida todos mis pasos, me da todo lo que necesito y no importa lo que pase hace que eso se torne a mi favor y para mi bien. Qué inigualable sensación el vivir bajo la sombra de sus alas. Cuando todas las puertas que me proveé mi propia mente se cierran, cuando la vida misma, la situación diaria, la sociedad, la lógica, los medios, las personas, la adversidad  me dice 'IMPOSIBLE ya no hay salida' mi Dios abre mis ojos y de la absoluta nada crea todo, cada vez me da más perspectiva, cada vez me lleva más alto y puedo ver que sus propósitos y planes realmente son infinítamente más altos que los míos. Lo que más me gusta es que a pesar de mi, a pesar de mi queja, de las veces que le digo renuncio no puedo más, es que una vez que le rindo mis planes y forma en la cual yo pienso deberían resultar las cosas me abre caminos a lugares y situaciones en las cuales jamás imaginé poder estar, mejores aún a las que yo quería y juraba que era lo que necesitaba.

Gracias Jesús por siempre darme lo que necesito y no lo que quiero, aunque después resulte ser los dos.